Hemos habilitado una finca rústica de 6000 m2 para uso de turismo rural, rehabilitando una casa tradicional de dos dormitorios y construyendo dos viviendas independientes y aisladas de un solo dormitorio. Las tres casas comparten finca, ya que no están cercadas. Cuidamos especialmente el entorno natural, la vegetación autóctona y sobre todo la sencillez y tranquilidad. Queremos que los viajeros pasen aquí un rato de sus vidas para vivirlo y recordarlo con una sonrisa y si puede ser con un suspiro.

Podéis despertar con los cantos de mirlos, gallos de los alrededores, abubillas.... Recoger la fruta del tiempo de la finca (damascos, ciruelas, higos chumbos y brevales, granados, almendras, naranjas, limones, moras, nísperos, membrillos, manzanas...) ver la flora y fauna... y acostarse con los cantos melancólicos de los cárabos sobre el fondo de grillos y cigarras, con el murmullo del mar de fondo...

Estamos a vuestra disposición para todo lo que necesitéis, somos chiclaneros y conocemos el territorio.